Variedad de lechugas
Unas con sabor amargo, otras con regusto dulce, sin olvidar las de toque algo picantes. Crujientes, esponjosas, sanas…
HOJA DE ROBLE:
Viene de Inglaterra y sus hojas son onduladas, con tonos verdes y moradas. Da volumen, color y un sabor dulzón, similar al de las nueces, y tiene una texturas crujientes y suave. Combina con queso fresco y vinagretas ligeras. Su época es el verano.
ROMANA:
La más común en nuestro país; por sus hojas rígidas y alargadas, se la conoce como «oreja de burro». Las hojas oscuras tiene lustrina, que protege los ojos. Los tallos se pueden hacen hervidos y el sabor recuerda al del espárrago. La hay todo el año.
MARAVILLA:
Hay una variedad que se da en invierno y otra en verano. Sus hojas son grandes y rizadas, de color verde intenso, que se intensifica hasta ser rojizo. Tiene texturas crujiente y jugosa y sabor algo dulce. Casa con aliño consistentes y con fruto secos.
ICEBERG:
Redonda, tiene textura crujiente y sabor suave. Sus hojas, grandes y duras, son ideales para rellenar de crudités. Casa con sándwiches y ensaladas crujientes, con aliños consistentes de kéfir o yogur. Bien envuelta, se conserva en el frito dos semanas.
TROCADERO:
Es una lechuga francesa redondeada con hojas poco apretadas y muy tiernas, por lo que se la conoce como «cabeza de mantequilla». A su delicado sabor le sienta bien aderezos ligeros y ensaladas con bayas silvestre. ¿Su época? La primavera.
LOLLO ROSSO:
De origen italiano, sus hojas rizados tienen color burdeos en los bordes, que decoran el plato. Con sabor amargo, es bueno para digestiones pesados. Le van bien los quesos semicurados y los aliños fuertes. Se cultiva de mayo a septiembre.